miércoles, 22 de abril de 2009

Después de tanto tiempo, algunos desvaríos míos...

La vida es algo curioso que da muchas vueltas y, a veces, pierde hasta el sentido. Ya la veo mareada, agarrada a una realidad cualquiera intentando no vomitar todos los recuerdos almacenados con tanto cuidado en su interior... con los ojos vidriosos de un adicto a la heroína en pleno ataque chimpancé.

La vida es algo que se hace largo y eterno. Por mucho que intentemos comprender su sentido todo nos hace pensar que carece de un propósito concreto. Por mucho que miremos de hacernos a la idea de que se termina no hay manera de entender que es así... total, en mi vida no me he muerto aun y mis experiencias más cercanas no han hecho más que alargar la leyenda de la inmortalidad.

La vida es curiosa. ¿Caprichosa?
Bueno, no diría tanto... ¿o sí?
Ya veo las Carpas, jugando a tejer y destejer sin parar... alrededor de una lumbre semiconsumida, los rescoldos del carbón encendido hace eones rojos, como la sangre, luminosos, como el sol, calientes, como la rabia en el corazón de los hombres... y todos esos hilos tan cerca... siempre a punto de arder. Si arde uno el fuego se propagará por todos en un abrir y cerrar de ojos... vaya. Se les chamuscarán los pelos a las tres señoras... Alguien debería advertirlas...
¿o no?

...
mmmmm...

Luego está Destino.
Neil Gaiman lo retrata muy bien, prisionero de su propia condición, atrapado por leyes que él mismo ha escrito y que los subyugan y lo aíslan de toda la belleza de lo efímero...

Destino pasea por su jardín lleno de estatuas de piedra...
incapaz de sentir el paso de las estaciones...
incapaz de sentir la caricia del sol, el rocío bajo la luna...
incapaz de comprender como nos purifica la lluvia, cómo nos da fuerza la tormenta.

...
¿comprenderá la música?
...
¿se sentirá sólo?
...

"La vida es como un río, que lleva al mar, que es el morir"
... eso dice el poeta.
No tengo yo muy claro qué es...
... ¿nacerá nuestra consciencia ya en el vientre de nuestra madre?
... siento el pulso de la primavera en mis venas.
Siento la llamada de la vida, aun sin comprenderla...
Bueno, vamos a disfrutarla y, de mientras, si se vuelve menos tímida y quiere contarnos exactamente a qué se dedica que cuente...

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