sábado, 25 de agosto de 2007

Bajo el efecto bluuuuuuuffffffffff

... o pluuuuuuufffffff, chuuuuuuuuuuffff y sonidos similares.
El fin de las vacaciones siempre es momento de reflexión para el ser humano. La gente dice que se hace en año nuevo, pero realmente sucede el 30 de agosto y puede darse durante todo el día (y la noche).

Una se pregunta cosas de gran trascendencia e importancia universal que obligan a planteamientos existenciales de lo más paranormales:

¿ya se terminaron las vacaciones?
Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre el paso del tiempo y la percepción que tenemos de él. Las mentes más evolucionadas teorizarán durante horas sobre la posible intervención de una fuerza superior que nos odia a todos o la invasión de una raza alienígena poseedora del aceleratrón temporal. La conclusión final siempre termina siendo la misma: cuando era pequeña las vacaciones eran un tiempo de juegos bajo el sol... y eran más largas, y no te agobiabas pensando el el trabajo que te habías dejado para la vuelta (todo el mundo, más o menos, se pasa la última semana despistando al personal, no hace falta disimular que desgraciadamente somos adultos).

¿porqué?
Es una pregunta refuerzo de la primera que acostumbra a terminar en llanto desconsolado. Abrazarse a una lata de cerveza no ayuda, y pasearse con el bañador lleno de arena por el comedor tampoco. Lo mejor es comenzar a pensar en las vacaciones de navidad (si sois de los que os encargáis de comprar regalos y organizar comidas esto no os ayudará demasiado. Es ese caso sólo nos queda el tema de la lata... muy triste).

¿cuanto queda en la cuenta?
Pregunta trampa, fatal e ineludible que acostumbra a cerrar bruscamente una conversación y que produce las desbandada del personal hacia Santiago o hacia donde se pueda. Hay que procurar ajustar el periodo de mayor gasto vacacionero al final, cuando una ya está desesperada y subiéndose por las paredes ante la inminente reincorporación al trabajo. Si no se hace así te puedes encontrar con esa semana asquerosa en que no hay presupuesto para nada más que para agua y cremita solar (cuenta que te estás despellejando de lo lindo). En estos casos va bien hacer un montoncito de los restos que han quedado por los bolsillos de la ropa que habitualmente te pones para ir al currele, siempre sale algo!

Entonces, ¿cuando comienzas?
Esta pregunta sienta peor que un retortijón de 3 horas.
Quien te la haga... aissssss... o es tu madre que realmente se está preocupando por ti o es algún envidioso que está viendo que consigues olvidarte del asunto y no soporta ser el único con dolor de estómago. Además seguro que busca compañero para asistir a las sesiones de Alcohólicos Anónimos...
O puede ser que sea Roberto, nuestro querido Conde, que no tiene nada mejor que hacer que hurgar siempre que puede en las yagas ajenas... (no es incompatible con la opción anterior).

¿Te lo has pasado bien?
Tú responde siempre que sí, créeme.

Después de este riguroso análisis sobre el comportamiento post-vacacionero de la raza humana es posible que os haya quedado un poco de mal sabor de boca. Os dejo una estampita por aquí para que veáis que aun podría ser peor...
Ale, disfrutad del tiempo que os quede (si sois capaces, lo mío es imposible).
Reivindiquemos un tratamiento para el Efecto Bluuuuffff!!!!
¿para que estoy pagando la seguridad social?
...
...
bueno, ese es otro conjunto de preguntas que ya analizaremos otro día si eso, que no ayuda mezclar cosas en nuestro estado...

PD: todo esto hecho desde un linux.

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