Vacaciones en Bolquère

Bueno, no había internet, ni ordenadores, ni TV: sólo espacio silencioso y relajante... Así pues me llevé mi libreta y garabateé en ella con una felicidad infantil.
"Día 4:
Finalmente nuestra estancia aquí llega a su fin. Apenas soy consciente de ello, es algo que me pasa a menudo... de todas formas agradeceré volver a casa, a mi cama, a mis espacios... Es curioso como se tiende a perder la identidad lejos del hogar. Al darnos cuenta nos transformamos en pura esencia hecha de nuestras costumbres llevando a extremos ridículos facetas de nuestra forma de ser: como si temiéramos ser absorbidos por maneras extrañas; incluso nos cuesta admitir que las podamos preferir a las propias. Aquí el paisaje te enmudece. La ciudad va a resultar mucho más pálida cuando regrese... El viento sopla de forma casi constante... no se oyen ruidos de máquinas taladrando ni gente gritándose las penas a la cara... Los olores son más limpios, el aire casi transparente... Es curioso, ni tan siquiera me ha bajado la presión, respiro mejor...
Hoy llegan Carme y sus padres. Espero caerles bien... no son mis suegros ni nada pero han hecho posibiles estas vacaciones con Porthos. Sólo lamento el poco rato que vamos a poder pasar con Josep y Carme paseando por esas praderas que más parecen un mar encabritado de hierba que los altos pastos del Pirineo francés".

Era ilegible :P
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