viernes, 1 de agosto de 2008

El planeta de los brikios

A medida que nos acercamos a la elíptica de Rea las cosas comienzan a desmadrarse en el cuadrante. Visitas extrañas, música incomprensible, ruiditos sospechosos, ordenadores que se reinician aleatoriamente y sin ningún tipo de previsión sintomática, objetos que se mueven solos (más de 20 metros y en zig-zag, lo otro es normal)...
Uno de mis compañeros aquí en la estación, sostiene la teoría de que la realidad se curva afectada por el laboratorio del pequeño satélite. Yo no paro de mirar por los ojos de buey hacia donde representa que se encuentra... ya os avanzo que no veo nada sospechoso: chiribitea como de costumbre, con sus tradicionales rayitos de colorines y chispitas de sabores... En fin, nada fuera de lo normal.

... también es cierto que si su teoría fuera verídica explicaría el extraño suceso que viví el otro día...

... pongamos que te apetece un café.
Pongamos que te levantas y vas a visitar la cafetera.
Pongamos que la cafetera está de buenas y le pone hasta un poquitín de cacao.
Pongamos que cuando vas a recoger la taza esta comienza a corretear por todas partes hasta que desaparece por debajo de la entrada de las duchas (¿cómo? os preguntaréis... pues bien, el caso es que últimamente las leyes de la física también hacen vacaciones y nos tenemos que apañar con lo que recordamos del EGB).

El caso es que era un comportamiento especialmente curioso, incluso en estas latitudes, así que me dispuse a seguirla, a ver si sacaba agua clara del asunto. Abrí la puerta, todo normal. Traspasé el umbral, todo anormal.
De repente parecía estar en una sala de baile de los años 70. Todo daba vueltas. Todo era amorfo y alucinógeno. Los olores a pachuli saturaban mis sentidos. La música hacía que mi cuerpo se moviera descontroladamente...
... me sentí caer, caer, caer... casi me doy con la taza del water.
Cuando me recupero un poco me encuentro el siguiente panorama:

Evidentemente el "casi" me doy con la taza del water había sido sólo una ilusión.

Lastimosamente me incorporé para descubrir un mundo de lo más... esto... de lo más... mmmm... en fin. Un mundo De Lo Más.
Ya había oído historias sobre gnomos, pitufos y demás habitantes de los sistemas periféricos, pero esto era demasiado. Esa gente diminuta se movían a gran velocidad por todas partes, construyendo y desmontando al estilo fragel rock todo cuanto quedaba a su alcance.
Cómo si de hormigas se tratase, salían de los enchufes y se colaban tras las baldosas medio sueltas de las paredes, siempre atareados.

Calculé la distancia que me separaba de la puerta. Con un salto no demasiado olímpico conseguiría volver a mi refugio de botones de colores monótomos, música de aeropuerto y conversaciones insulsas...
Me incorporé lentamente, por si acaso alguno de ellos no me había visto aun...
... ya tenía la manecilla en la mano...
... la hice girar leeeeeentamente....
...
... y me quedé con ella.

Sentí que perdía el color de las mejillas (a ver si me vuelvo transparente...). Me giré sobre mí misma, apoyando la espalda contra la Puerta De La Salvación (vetada para mí) y recordé que tenía que respirar y esas cosas...

- Perdone...

(pánico)

- Oiga, perdone...

(pánico, pánico, pánico)

- ¿Oiga?

(no quiero mirar, nonononononono!!!!)

- Oiga, la de la puerta, la que cabecea como borracha, sisí, la que niega sin parar... usted, oiga... haga el favor...

(debe ser poderoso en la fuerza, me obliga a mirarle... PÁNICO)

- Sisí, yo, el de la peluca marrón. Eso, aquí mismo.

(dioses misericordiosos... el pequeñín de aspecto plasticoso me está hablando... ha llegado mi hora, me convertirán en piezas de repuesto...)

- Esa manecilla ya estaba muy suelta, déjela con cuidado aquí en el suelo y enseguida la habremos reparado.

(¿ein?)

Miro al rededor... obviamente se refiere a mí. Obedezco, por si acaso.
En cuanto dejo la pieza en el suelo se acerca para estudiarla unos momentos. Hace algunos gestos con las manos y otros como él se reúnen a su alrededor.
Enseguida se ponen a darle golpecitos, a ajustarla con sus herramientas, a aplicarle sopletazos y a derrochar pegamento por las juntas.

- Bueno, creo que ya está. Si es tan amable...

(afirmación con cara de inteligencia nula por mi parte)

- Mire de presionar unos instantes antes de salir, si no volverá a soltarse en poco tiempo. Eso es, así. Muy bien... y dígame, ¿cómo va todo por ahí fuera? ¿hace falta alguna reparación urgente? Ya sabe...

- Uhmmmmm... creo que el suelo se está levantando...

Saca un bloc y un lápiz de nadie sabe que bolsillo y comienza a apuntar...

- Ajá, qué más.

- Eeeee... una bombilla está fundida... creo que un trozo de la pared exterior está dañada y perdemos atmósfera...

- ¡Carambas! ¿Pero qué han estado haciendo estos gandules? No se preocupe, nos encargaremos de todo enseguida. Ya se lo decía a mi tía Enriqueta, que no podía faltar tantos días, que enseguida olvidan el deber los jóvenes. En fin. Para cuando vuelvan de su descanso anual todo estará reparado, palabrita.

(palabrita... ¿palabrita?)

Salgo del servicio algo afectada. Me doy cuenta porque mis movimientos son algo espasmódicos, como si mis extremidades hubieran aprovechado ahora que no estaba muy lúcida para trazar recorridos diferentes.
Me siento en mi puesto. Me pongo a tecletear...
De la zona que tiene el suelo afectado salen ruiditos de lo más inquietantes...
Cuando consigo hacer acopio de valor me acerco, lentamente.
Como se siento valiente meto el borde de mi lápiz debajo de una de las baldosas sueltas y la levanto un poco....

No me veas lo que descubro debajo...

En fin, dicen que cuando te acercas a la elíptica de Rea comienzan a pasar cosas extrañas... igual es cierto...
Por lo que a mí se refiere no he visto ni oído ni he mantenido conversación alguna con nada sospechoso en ningún sitio.
(... pero la gente esa pequeñita?)
He dicho que no he visto nada raro y no he visto nada raro.
(... pero...)
Que no.

Tralaralará...
...
lará.


PD: Nunca persigas una taza de café, déjala, habrá más.

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2 comentarios:

Estepa Grisa dijo...

¿y no se supo nada más del café?

Elhendei dijo...

Me temo que no...
Supongo que lo emplearán para Algo Importante (el café es un Principio de Importancia allá dónde vaya/se encuentre).

Entre nosotras... prefiero no aventurar, no me volví a acercar a la máquina de café por si las moscas. La realidad está muy bien cuando la dejas tranquilita...